Si la década de los años sesenta fue la década de mayor crecimiento de la educación escolarizada, a partir del comienzo de los años setenta América Latina ha conocido una verdadera explosión de programas de educación extraescolar de todo tipo y, en particular, la consolidación del para-sistema de formación profesional. Ambos campos de acción educativa vienen a agregarse a los procesos de educación tradicional llevados a cabo por la familia o por las comunidades indígenas de la región. Esto significa que en la actualidad los sistemas de aprendizajes sistemáticos no pasan necesariamente por la escuela y, la evaluación de los procesos educativos en curso en nuestras sociedades.