Se presenta una perspectiva que valora a la juventud como un factor de avance económico y de integración y desarrollo social. Se destaca la ausencia de políticas de generación de empleos para los jóvenes aun cuando representan un gran potencial para la generación de riqueza económica y social. Es necesario conocer más y mejor la realidad de los jóvenes para eliminar una visión errónea y muy extendida sobre ellos al considerarlos individualistas, apáticos, desinteresados por la política, y centrados únicamente en su bienestar.