Tesis
Historias de lectura de profesores que enseñan a leer: múltiples prácticas en la narración biográfica y su relación con la enseñanza de la lectura
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Autor
Gaete Moscoso, Rosa
Institución
Resumen
Doctorado en Sociología La lectura es un proceso de aprendizaje que, en sociedades altamente alfabetizadas, se difunde
y propicia en el seno de las escuelas. Su valor, asociado a la consecución de buenos resultados
escolares, así como su realización efectiva han tenido una mutación a lo largo de la historia. Su
estudio ha llamado la atención de investigadores de disciplinas en ciencias sociales y educación,
sin que por ello se haya logrado del todo una conceptualización de ella como fenómeno
heterogéneo y complejo.
Esta investigación se adentra en esta problemática buscando definir, describir e ilustrar la
heterogeneidad y la complejidad de la práctica lectora apoyándose en las historias de lectura de
seis profesores chilenos que enseñan a leer. Mediante una aproximación narrativa-biográfica y
pragmática sobre las prácticas, desarrollo la noción de la lectura como un fenómeno múltiple
por cuanto sus manifestaciones, sus componentes (sentidos, competencias y materialidades),
los procesos implicados en su apropiación y adscripción, y sus efectos varían sustantivamente
no sólo al comparar las historias de distintos sujetos, sino también dentro de la historia de cada
uno de ellos.
Dentro de las biografías, la práctica lectora se manifestó en distintos espacios, cumpliendo
distintos roles y siendo realizada con distintas regularidades y propósitos. El involucramiento
narrado aparece estrechamente vinculado a factores biográficos y a enlaces tanto entre los
componentes de la lectura como entre ésta y otras prácticas que operan asociativamente dentro
de un horizonte normativo, o forma de vida perseguida por los individuos.
Los componentes de la práctica aparecen en forma de escenificaciones a las que confluyen
materialidades de distinto tipo (no sólo textuales, no sólo libros sino también lugares y tiempo),
variados sentidos (de vida, funcionales o prácticos) y variadas competencias (prácticas y
discursivas). La escenificación es analizada como forma de ensamble reconociendo la
movilidad y los procesos que hacen a una práctica. Así es posible visualizar tanto la agencia del
individuo como ciertos determinantes estructurales en la realización, mantención y
transformación de la lectura.
Quienes han conformado una estrecha relación con la práctica tienden a narrarla con un gran
tamaño y presencia dentro de su vida, sin embargo, tal cercanía o afectación con la lectura tiene
diferentes maneras de manifestarse, una de ellas es el gusto o apasionamiento y otra, bastante
diferente en la orientación que provoca en la persona, es el compromiso con la lectura. Por el
contrario, quienes manifestaron distancia o disgusto con ella, tendieron a empequeñecerla
dentro de la narración dejando entrever dos fenómenos: (i) la lectura obligatoria provoca
desafección con la práctica, (ii) las prácticas lectoras no legitimadas tienden a ser invisibilizadas
por los mismos individuos y por tanto consideradas como no lectura.
Por último, las narraciones biográficas permitieron comprender diferentes efectos de la lectura
en las personas, algunos de ellos negativos y otros positivos, permanentes o transitorios, los
que se relacionan con dos registros narrativos que aparecen imbricadamente en los relatos: un
registro identitario y uno epistémico. El primero de ellos remite a esas características que la
persona utiliza para hablar de sí y que están fuertemente relacionadas a experiencias positivas o
negativas con la lectura. El segundo refiere a las producciones discursivas en las cuales se
resalta la valoración que se tenga de esta práctica tanto para sí como para la sociedad.
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La narración de la lectura abre también a la problemática relación entre lectura como práctica
cultural que opera en el mundo social como una forma de vínculo a éste, y la lectura como
objeto y práctica de enseñanza. Cuando los entrevistados declararon relaciones positivas y de
apego con la lectura, ésta tendía a distanciarse significativamente de la vivencia escolar y
también de la práctica de la enseñanza. Por su parte, quienes declararon relaciones menos
gustosas con la lectura, al estar situado su aprendizaje inicial exclusivamente en el espacio
escolar, tendían a asociar escuela con lectura obligada, dolorosa y tediosa. Estos docentes
reformularon sus experiencias negativas en discursos mesiánicos acerca de cómo se debe
enseñar (lúdicamente, entretenidamente, sin traumas) en las primeras etapas de este
aprendizaje.
La lectura, como experiencia, sigue una lógica procesual, con una historia y con una
transformación en el tiempo. Es inabandonable y se impone porque su aprendizaje es un
imperativo social que preexiste al individuo. La lectura, además, aparece acompañada y en
concordancia con otras prácticas culturales prosaicas, artísticas y profesionales; y es
ambivalente ya que, comportando una extremada valoración, su cotidiano ejercicio en
múltiples ámbitos personal y profesional puede ser desagradable y tediosa, obligada e impuesta,
es decir, formas contrapuestas a la lectura exultante y entretenida. En las biografías la lectura
‘aparece’, sale de la invisibilidad, y se corporaliza y densifica en el relato como una unidad
analítica dentro de la cual se vuelven inseparables los propósitos con que los individuos
declaran leer, las funciones que cumple la lectura y los efectos de ella.
Metodológicamente, la identificación de grandes y pequeñas magnitudes de la lectura, así como
los repertorios involucrados en la construcción narrativa de tal objeto, permiten seguir
analíticamente la movilidad, la multiplicidad y la variedad que la lectura adopta en la vida de las
personas y, por tanto, en el mundo social. Dentro de estas historias, las lecturas de los
entrevistados adquieren vida, por tanto historia, ciclos, transformaciones, iteraciones, es decir
distintas formas procesuales.
Concluyo que la narrativa-biográfica, además de ser una potente herramienta investigativa de la
lectura como experiencia, proceso y ensamble, permite reflexionar sobre posibles acciones de
aprendizaje y de fomento de la lectura, así como un interesante instrumento de formación
profesional para los docentes que enseñarán a leer a las nuevas generaciones, es decir para
quienes les enseñarán a relacionarse con el mundo escritureado que es, al mismo tiempo,
presente, pasado y futuro.